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Son cada vez más los clientes que a la hora de hacer reformas en casa, plantean la cocina como un espacio más, abierto al salón y a las zonas de día.

De cara a personas que viven solas y cocinan poco, no hay ningún problema, pero el inconveniente que tiene esta solución, en el caso de familias que cocinen de forma habitual, es que les interesa, por un tema de humos y olores poder cerrar y aislar totalmente la cocina en ciertos momentos del día.

Algo así les pasaba a estos clientes, por un lado querían su cocina con el concepto abierto e incorporada a la zona de entrada y salón – comedor, con la opción de poder cerrarla; y por otro lado, teníamos un acceso a uno de los cuartos de baño, que no había manera de hacer por otro lado, y que quedaba justo en frente de la puerta de entrada de la casa, detalle que queríamos disimular de algún modo.

Gracias a mis conocimientos en reformas e interiorismo, he encontrado la solución al problema. He diseñado un cerramiento en hierro y vidrio, con un acabado semi pulido e industrial y  barnizado, que consta de un elemento fijo que separa el hall y acceso al baño de la cocina, y una hoja corredera de 140m de ancho que pasa en perpendicular por delante de este fijo, y puede, si queremos, cerrar totalmente la cocina, o cerrar  la visual del baño, creando un pequeño hall de acceso al mismo y  dejando abierta la cocina.

Lo más habitual, va a ser que la mayor parte del tiempo a mis clientes no les interese el uso funcional de este cerramiento, puesto que no tengan la necesidad ni de cerrar una ni de ocultar lo otro, con lo que este elemento, que probablemente permanezca en un punto intermedio, tenga simplemente la función estética de dar carácter al conjunto  y un toque industrial y divertido y la vivienda.

¿Qué os parece?

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