Me ha llamado enormemente la atención un artículo que he leído, acerca de la decisión por parte de la Comunidad Valenciana de cambiar el sistema de iluminación de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, obra del conocido arquitecto-ingeniero, Santiago Calatrava. Me parece increíble, que a estas alturas, en las que la sostenibilidad, lo ecológico y el ahorro energético es algo en lo que todos empezamos a estar concienzados, alguien de la categoría de este hombre no lo tenga en cuenta a la hora de enfrentarse a sus magníficos proyectos. Cierto es, que si el museo lleva abierto diez años, el proyecto debe ser anterior, y aunque entonces no estábamos tan pendientes y sensibilizados como hoy en día con el tema del ahorro energético, creo que quien ha escrito cosas como “Materiales y procesos constructivos” o “Fuerza y forma de la arquitectura” sí que debería haberlo estado.
Para que os hagáis una idea, el coste aproximado de la iluminación externa del museo, es de 4€ por tubo de neón, hay más de 2.000, lo que quiere decir que son aproximadamente unos 8.000€ al mes y unos 100.000 al año, que en diez años suman 1.000.000 de euros. No está mal.
La alternativa que ha considerado la comunidad valenciana, es colocar 36 grandes farolas, con dos focos en cada una, cuyo coste es de 8€/unidad, quiere decir que mensualmente cada farola consume 16€, que por 36 son 576€ al mes, y al año serán 6.912€.
No me cabe duda de que este alternativa de iluminación va a resultar mucho más pobre en cuanto a impacto visual se refiere, de noche veremos el museo mucho peor iluminado que con el proyecto original, pero la esencia y magnificencia del lugar seguirá ahí y aunque de lejos lo veamos peor, creo que seguiremos disfrutándolo de la misma manera.
Realmente me alucina que en estos tiempos, se supone avanzados tecnológicamente, con recursos, y más, con una crisis que nos come, personajes del tipo de este señor no tenga en cuenta el impacto medioambiental y económico. No soy una experta pero sí seguidora de sistemas alternativos, y creo que pueden existir soluciones que, por ejemplo, aprovechasen la luz del sol.
Como artista influyente tendría que pensar además de en su obra en enviar un mensaje de avance y no derroche, que en nada restaría grandiosidad a la obra.
Soy de Lanzarote y siempre lamento la muerte de nuestro querido César Manrique, que cuidó la estética de la isla, además de en sus obras tratando que el resto siguiésemos unas normas estéticas y sencillas, hasta el día de su muerte, en que se empezó a degradar lo que hacía única la isla de los volcanes y la convirtió en un sitio turístico más
brillante post, totalmente de acuerdo en todo lo que dice Alicia