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El proyecto de reformas e interiorismo en Madrid que os muestro es una bodega que diseñé para unos clientes, en la que el mayor  inconveniente era lo reducido del espacio: 3 metros de largo, 1,50 de ancho y 2 de altura.

El reto fue conseguir un lugar de almacenamiento para las botellas de vino, en la que el espacio además de cumplir su función, no sólo no resultara agobiante, sino que además tuviera un diseño divertido y diferente.

Utilicé varios recursos:

  • La pared trasera larga, con el techo muy bajito, lo pintamos de rojo-granate (el color del vino) de esta forma, al tener la iluminación a base de focos led (no dan nada de calor) empotrada en el suelo e iluminando hacia arriba, se perdían los límites entre pared y techo, creando un efecto que anulaba la sensación de techo muy bajo.
  • En los dos lados cortos, coloqué espejos en toda la superficie de la pared, con lo que una vez que estás dentro, el espacio se prolonga al infinito.
  • Las estanterías que alojan las botellas de vino, están realizadas totalmente en vidrio transparente, sin ningún tipo de herraje ni nada que no sea cristal, con taladros  de varias secciones para colocar las distintas botellas de vino según tamaños. Un total de 128 botellas que dan la sensación de flotar en el espacio.
  • Por último, en la pared de la puerta, que quedaba libre, colocamos un vinilo con una imagen de una bodega antigua, que da profundidad y contrasta con lo moderno de la bodega real.

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